jueves, junio 01, 2006

Claroscuro

Con los pies en la tierra
miro adelante y camino:
La mente obtusa no piensa.
En el fondo del Abismo,
donde todo es oscuro y ciego,
miro hacia arriba, hacia el cielo:
Mis hambrientas pupilas
sólo en las estrellas se fijan,
sólo a ellas mi espíritu aspira.
Entonces escalo pétreas paredes
afiladas
como dagas
mis dedos garras se vuelven.
Este escalar se torna nadar,
pues líquida la roca me parece,
es un nadar hacia el firmamento
empapado en fluída oscuridad.
Sólo en el mismo ascendente nadar,
aun en el fondo del pozo infernal,
se pueden los brillantes luceros tocar.

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