Prístinos de luz pálidos rayos
las concupiscentes pieles apuñalan
de una extraña y un extraño
que despiertan en misma cama:
Pudor en sus acciones y miradas.
Nuevamente la impía soledad
sus vacíos y tristes corazones reclama.
Se viste nervioso y vacilante...
Avergonzado un beso fugitivo
sella el adiós definitivo
entre un cuerpo femenino,
entre sábanas desnudo
y un cuerpo masculino
que camina ahora nostálgico y mudo.
Doloroso y cruel retorno
de espíritus en fuga,
depués de una noche
de lascivia y locura
a sus cuerpos vacuos,
derrotados y exhaustos.
Psiques salvajemente ultrajadas.
Pensamientos y sentimientos
amortajados y envueltos
por la niebla de la mañana,
arrojados en vida brutalmente
al osario del subconsciente,
y desde allí como espectros,
gimiendo penarán para siempre.
Silent Enigma
lunes, abril 16, 2007
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